ABOGADOS: PAZ SOCIAL Y CONFLICTOS EN MATERIA DE FAMILIA
Como abogada, siempre he procurado, en la medida de lo posible, irme por la vía de la paz social, fin del Derecho y que pareciera a veces que ha algunos colegas se les olvida. El artículo 22 del Código de deberes jurídicos, morales y éticos del profesional en Derecho en su primera parte señala: “Es contrario a la dignidad del abogado y la abogada fomentar litigios o conflictos. Deberán esforzarse por recomendar mecanismos de soluciones extraprocesales” y el artículo 11 de la Ley de Resolución Alterna de Conflictos y Promoción de la Paz Social establece: “El abogado que asesore, a una o más partes en un conflicto, tendrá el deber de informar a sus clientes sobre la posibilidad de recurrir a mecanismos alternos para solucionar disputas, tales como la mediación, la conciliación y el arbitraje, cuando estos puedan resultar beneficiosos para su cliente”.
Dónde han quedado estos artículos, pareciera que olvidados en el papel.
Me quiero referir únicamente a los casos de familia, por lo sensible de la materia de que se trata; sin embargo, en casi todo podríamos lograr una buena negociación, sin necesidad de desgastarnos años en la vía judicial.
Que pasa en la materia de familia cuando hay un divorcio o una separación, las partes o una de las dos se encuentra enojada o resentida y trata a través de un proceso judicial externar toda su ira y tratar de demostrar quien es más fuerte; pero en este tratar de demostrar estamos nosotros los abogados, quienes tenemos que bajar un poco la tensión y recomendar tratar de llegar a una conciliación. Somos lo que debemos dar el primer paso, ayudar al cliente a determinar a que estaría dispuesto a renunciar y a que no y luego de esto, entre abogados tratar de resolver el conflicto hasta que se llegue a un buen acuerdo para ambas partes. Evidentemente, no en todos los casos será posible, pero sí en la mayoría. Que es lo que pasa en la realidad, que muchos abogados desde el principio le dicen a su cliente, interponga una denuncia por violencia doméstica y lo sacamos o la sacamos de la casa, porque hoy día, lamentablemente veo como esta figura tan delicada y de mucha ayuda para muchas mujeres realmente víctimas de violencia es usada por todo. A partir de ese momento, literalmente aquellas personas que alguna vez se amaron y respetaron entran en una guerra, por los bienes, por los hijos, por la pensión, en fin por todo y tratan de hacerle al otro todo el daño posible. La pregunta es qué ganan con esa guerra, al final nada, un desgaste emocional, para ellos y sus hijos que han quedado en el medio, que al final tiene consecuencias para la salud de todos, y para los hijos marcas emocionales para toda la vida. Y peor aún, cuando alguno de los dos se hace de pareja y esa tercera persona trata de perjudicar en todo lo que pueda a la expareja de su nueva pareja.
Como abogados no debemos permitir situaciones como estas, ni los mismos jueces de familia deberían permitirlo, esos procesos hay que acabarlos rápido, para evitar daños peores.
Entonces, porque antes de decir “demandemos” o “contrademandemos”, no buscamos la forma de conciliar en beneficio de todos, ayudar al cliente a bajar ese enojo y rencor y buscar entre un abanico de posibilidades para plantear a la otra parte. Cuando ambos abogados se sientan a conversar de una manera amigable y determinan a que están dispuestos a renunciar y a que no sus clientes, se dan cuenta que son menos las cosas en conflicto que lo que se estaba peleando. Una vez aceptada esa primera parte, centremos esa negociación en los puntos que quedaron en discordia para lograr negociar. Y expliquemos al cliente la importancia de la paz social, la importancia de no desgastarse años en un proceso judicial y sobre todo la importancia de la paz emocional para ellos, sus hijos y sus familias.
El tema más sensible muchas veces son los hijos, a la pareja se le olvida que siempre serán papá y mamá y que para los hijos ambos son importantes para su desarrollo y que nada ni nadie los puede sustituir. Enseñemos a que se genere respeto para el otro, independientemente de lo que haya ocurrido con la pareja, los hijos deber estar ajenos a esta situación, porque de lo contrario se hacen daños irreparables. El caso de la madre que logra que su hijo pequeño no le vuelva hablar de por vida a su padre, para sentir que ganó la batalla. Qué logra con eso, hacer que ese menor crezca con resentimientos, odios y posiblemente con un montón de traumas psicológicos que tal vez lo perjudiquen para toda su vida. Si ambos padres están bien emocionalmente y felices, es seguro que los hijos serán emocionalmente estables y felices.
Los bienes gananciales, siempre buscamos lo mejor para nuestros clientes, pero algunas veces hay que hacerles ver que hay que hacer renuncias en algunas cosas para ganar en otras más importantes para ellos, al final de cuentas fueron los bienes que construyeron juntos como familia aunque uno de los dos no trabajara o no hubiera realizado aporte económico, de una u otra forma ambos contribuyeron a esos logros económicos; sean realistas no permitan que el egoísmo se apodere de la situación. Las cosas no volverán a ser como antes, por eso la importancia de hacer renuncias en algunas cosas para ganar en otras más importantes. Y aquí voy a poner un ejemplo, el esposo que deja de pagar el préstamo de la casa para que la rematen y hacerle ver a la mujer que él era el fuerte, cuando por una orden judicial debe abandonar la casa, cuando lo que ha dejado ver es que es un ser malo y egoísta, que de cierta forma abandonó a sus hijos quitándoles el lugar donde habían nacido y a quién cree que dañó, a él mismo y a sus hijos.
Y cuando corresponda pensión alimentaria para hijos menores de edad o uno de los cónyuges, es importante hacerle ver a cliente la necesidad de mostrar su realidad, cuanto gana, cuando puede dar y cuanto requiere para continuar una vida digna, muestren esa realidad, negocien, por la paz emocional que muchas veces es más importante que todo.
Al final esa es una de nuestras obligaciones como abogados, no todo llevarlo a litigio, sino lograr que las partes puedan arreglar su situación de una manera diferente.
En Costa Rica tenemos la Ley de Resolución Alterna de Conflictos y Promoción de la Paz Social, cuando entre las partes o con sus abogados no se lograr llegar aun acuerdo, busquen un Centro de Mediación y si ya se encuentran en estrados judiciales, el Poder Judicial tienen un grupo de jueces conciliadores de lo mejor, soliciten un juez conciliador, donde fluye más fácil el conciliar y así restaurar esa paz social que tanto se requiere en estos tiempos.
Es nuestro deber como abogados llevar a estrados judiciales, solo aquellos casos que realmente lo ameritan, ayudemos a bajar la mora judicial, a que se cumpla el principio de justicia pronta y cumplida y a restaurar la paz social.
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